El le�n en el desierto
Me sostiene contra el suelo algo tan pesado como un hondo sueño.
La fe no se escribe con mayúscula ni acento.
Todos pensamos ciertas cosas...
Y silencios.
Silencio que se rompe en pronunciarlo, escribirlo, leerlo, meditarlo.
Maldito silencio que no calla.
Único silencio de muerte en boca,
silencio de boca,
tuna roja,
herida,
flor succionadora.
Mar espeso de silencio.
Nos perdimos caminando por la playa buscando cavernas de sal,
una tarde de invierno y la resaca.
El silencio que otorga
un beso, la bragueta,
verga erecta
verde verde bruma,
gota de mar.
Y la reticencia de lanzar el tiempo al mar,
de mar a mar nos-
otros.
Silencio, distancia, pensamiento,
espesuras puras.
Techo blanco sobre arena de mar.
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